HERENCIA GENETICA

La genética se encarga de combinar los genes de la madre y del padre para dar lugar a los rasgos y características que tendrá el niño. Eso hace que se parezca a sus padres, pero al mismo tiempo sea diferente.

El total de los genes determina las características de tu hijo a nivel físico (cuál será su grupo sanguíneo, qué rasgos tendrá…), pero también condiciona su carácter y sus preferencias innatas hacia determinados juguetes, aficiones, comidas… (una vez que el niño nazca, la educación y el entorno social contribuirán a definir estos aspectos, inhibiéndolos o potenciándolos, para conformar de este modo su personalidad).

Genéticamente no existe ningún bebé como el tuyo, ya que excepto en el caso de los gemelos idénticos, que tienen los mismos genes porque son fruto de un óvulo que se divide tras su fecundación, todos los demás seres humanos tenemos un ADN único. Por esta razón, el niño se parece a vosotros, pero al mismo tiempo es una persona diferente.

Pero si en el comienzo del nuevo bebé coinciden los 30.000 genes de su padre y otros 30.000 tuyos, el niño debería tener exactamente la misma cantidad de las características hereditarias. ¿Qué ocurre cuando este material se junta? Las características del padre y de la madre se agrupan siempre de modo ordenado, formando un par. Y en cada par hay genes dominantes y genes recesivos (o genes activos e inactivos).

Estos últimos están presentes, pero no llegan a expresarse. Uno de los ejemplos más claros es lo que ocurre con los ojos (como el gen del color marrón es dominante frente al del azul, lo más habitual es que si ambos padres tenéis los ojos marrones, vuestro hijo los tenga así).

Pero podemos encontrar muchos más ejemplos en rasgos físicos y de personalidad, e incluso en la predisposición a sufrir enfermedades.

Tu hijo, en definitiva, tiene mucho de vosotros. Y no sólo lo que ha heredado genéticamente, sino también lo que le transmitís día a día con vuestras enseñanzas y con vuestros cuidados y vuestro cariño.

¿A quién se parecen más los hijos, a los padres o a las madres?  

Se suele creer que los hijos y las hijas se parecen más a los padres que a las madres. La razón sería evolutiva, se afirma: gracias a este parecido, los padres estarían más seguros de que sus descendientes son realmente suyos.Esta creencia popular se vio respaldada en 1995 por un estudio  realizado con fotografías y que demostró que, a la edad de un año, los niños se parecían más a los padres a esa misma edad que a las madres a esa misma edad.

Sin embargo, estudios más recientes han concluido que la mayoría de los niños se parecen a ambos progenitores, aunque algunos se parezcan más al padre y otros más a la madre.

Otras investigaciones han señalado, incluso, que los niños tienden a parecerse más a sus madres que a sus padres, al menos los tres primeros días de sus vidas. Sin embargo, las madres de los bebés tienden siempre a decir justo lo contrario, enfatizando el parecido de los niños con sus padres.

Esta actitud, afirman los expertos, también podría tener una explicación evolutiva: La predisposición de las madres a remarcar el parecido de los hijos con los padres no refleja un parecido real sino que sería una respuesta condicionada destinada a asegurar el cuidado paterno de la descendencia.Resultado de imagen de herencia genetica de padres a hijos

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