Como ya sabemos, a lo largo del embarazo se producen multitud de cambios a nivel fisiológico en el cuerpo de la futura mamá.
Por lo general no tienen ningún tipo de repercusión para la salud, pero si se debe saber que las
enfermedades cardiovasculares son la primera causa de morbilidad y mortalidad materna durante el periodo de gestación.
Resulta aconsejable tomar precauciones como vigilar la tensión arterial, evitar el tabaco y el exceso de sal en las comidas, sobre todo si se padece de alguna patología cardíaca previa. Para que la gestación se lleve a cabo con éxito,
la adaptación materna a nivel fisiológico, metabólico y anatómico es considerable; hasta tal punto
que el corazón sufre un incremento de su volumen para maximizar el aporte de oxígeno tanto al feto como a la madre e incluso supone un ligero desplazamiento y rotación del mismo. El gasto cardíaco aumenta hasta un 50% para cubrir las necesidades de la placenta, el útero y
el pecho. Como consecuencia disminuye la presión arterial y la frecuencia cardíaca puede verse aumentada hasta en 10-20 latidos por minuto.
Estas circunstancias justifican que algunas mujeres padezcan durante su embarazo un leve soplo de corazón( dilatación de la aurícula), que también puede generar pequeñas arritmias. Se trata de una dolencia puntual que no suele tener mayor transcendencia.